Una noche de incertidumbre, preocupación e insomnio. Así vivieron muchos argentinos en Tampa, Florida, y alrededores el paso del huracán Milton. Con ráfagas de viento de 180km/h que arrancaban objetos del piso y una oscuridad total debido a los cortes de luz, los residentes todavía no llegaron a ver el alcance completo de los destrozos. En vez, se quedaron resguardados en sus casas, esperando el momento indicado para salir, analizar los daños y empezar a arreglar el desastre.